sábado, 26 de octubre de 2013

A veces bien, a veces no, a veces ni yo.

A veces ni yo misma sé.

¿Qué? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Por qué?

¿Qué clase de motor me remueve por dentro y me empuja a caminar?

¿Cómo consigo salir a flote en el mar de dudas, aún cuando el mareo no me deja pensar con claridad y el estómago se revoluciona por cuenta propia?

¿Cuándo aparecen y desaparecen los senderos que direccionan mi “sobre la marcha”?

¿Dónde me llevarán mis pasos y los miles de traspiés?

¿Por qué, mientras veo que todo gira, que todo cambia con los nuevos - y de vez en cuando buenos - días, sigo creyendo que todo sigue su camino y su ritmo necesarios?


Y ahí sigo, en mi vereda, a veces bien, a veces no, si a veces ni yo quiero ser como yo y otras no tengo más remedio.