La respiración, se parece a una de esas funciones del cuerpo humano que conecta el cuerpo y la mente solo cuando es necesario. Mientras no lo sea, cada cual puede ir por su camino. La acción de respirar pasa a ser una acción automatizada, te deja pensar en otras cosas.
Cuando vives una situación con tanta intensidad que el pecho se te hincha al respirar.Cuando acabas suspirando y con la mirada hacía arriba, estás viviendo a pleno pulmón. Y al volver a mi rincón me digo siempre a mi misma: Relájate, vivirás más.
A veces el ritmo de vida que llevamos acaba por acelerar nuestra respiración para permitirnos llegar a todas partes.
La respiración se agita, vamos de aquí para allá dependiendo del reloj.
Las situaciones se dan tan deprisa, que la mayoría pierden el sentido.
Y al volver a mi rincón, me digo siempre a mi misma: Relájate, vivirás más.
Cuando estés tan asfixiado por el tiempo, que hasta las horas puedan contigo; para, respira hondo, pregúntate si te sientes bien con lo que haces y como lo haces, y disfruta del momento.
Como dijo Jack el destripador, vamos por partes.
Por eso, siempre acabo volviendo a mi rincón.
Foto: Uno de mis compañeros de relajación, en el Cubículo. Si las paredes hablaran.. cuantas historias nos podrían contar.