lunes, 8 de diciembre de 2014

No eres dios, si nadie te escucha.

Cayó silencioso, fugaz. 
Con su cuerpo, derribó las ramas, partió los troncos, quemó los frutos, devolviéndolos a la nada.
Como el árbol que cae en un bosque, tan apartado de la realidad, que nadie es capaz de corroborar que pasó, cómo, quién mató a la abuela, y si el pez se llamaba Antonia o Francisco, o era los dos a la vez.
Que la vida es esto, un pasar. La veamos, la oigamos, la sintamos, la toquemos, o no. Se transforma, se va. Señales que buscar en el aire, en el compartir.
Para recordar por un momento, que seguimos vivos.       









lunes, 3 de noviembre de 2014

Cuando la palabra deja paso a la música.

Y la poesía se hizo canción. 
Y con ello, se enamoró al ser humano. 
A su oído, pero más a su alma.
Que encontró en ella la vibración, 
en sintonía con su mundo interior,
y de lo que le rodeaba el corazón.
Volando, borrando y reescribiendo entre tonos de colores. 
Vidas distintas, de sueños, 
y los muros de no poder volar 
o de engancharse al viento.
De pisar, de levantar los pies. 
Pero tirando arriba la mirada, 
de visionar lo que la palabra no alcanza, 
y aún así escribe.
Lo que el aire quiera decirnos, 
lo que no nos atrevemos a contar.

Donde el vaivén no es de las gotas, 
es de las notas al compás.

martes, 21 de octubre de 2014

Calmando al corazón.

Y como tiembla mi corazón,
cuando el pulso se me acelera
y la vida se abarata.
Los excesos, de tiempo, de espacio,
lo queremos todo, y lo queremos ahora!
Quisiera que mi mente fuera consciente
de lo que respiro a cada momento universal
y se calmara.
Que cada vez que me girara,
viera que mi camino se aclara
y todo se torna más llevadero.
En los pies las cadenas,
el pozo en las manos,
de un fondo al que te obligan de beber.
He empezado a crecer.
Ni nosotrxs sus perrxs,
ni ellos los amos.
Como me temblaba el corazón, mare…
cuando miraba al frente y no veía.
Pero ya veo.






miércoles, 30 de abril de 2014

No hay tregua, no hay descanso.



Las horas pasan y mi reloj estalla. Noto como las venas del cuello se van hinchando, tic tac, tic tac, PUM!
Salpicadero de emociones, de ritmos cardíacos disparados contra las paredes de mi pecho. De mis costillas astilladas se ven asomar lo que en su día fueron pulmones, ennegrecidos, plastificados, aplastados por las pocas ganas de aspirar el aire que me rodea.
El estomago contraído está a punto de expandirse en mil y un pedazos, vacío de sensaciones que llenan los nudos de mis adentros.
La garganta no contiene, retiene y resiste, y cruje porque quiere soltar lo que corre entre mis neuronas. Pero aguanta, la muy puta aguanta.


No hay tregua, no hay descanso. Las horas pasan y mi reloj estalla. 
Y lo único que viene a mi mente es.. esto no es más que otro de mis caóticos momentos universales.




jueves, 16 de enero de 2014

Hoy la luna, era llena.

Pequeñita... pero firme.

No se podía confundir con ninguna otra cosa.
Era ella, la luna, y con luz, llena.
La que se escondía y saltaba de tejado en tejado.
Rápida y con el descaro, de los que viven sin bandera.
Cruzando sin resbalar, sacudiendo las ramas de los que respiran sin pisar.
De los que no necesitan de sus vientos.
Para los que se mueven a su antojo, los que siguen su instinto animal.


El aire, frío. Y la luna, en su lugar.

Hoy, la luna brillaba por encima de las nubes.