jueves, 16 de abril de 2015

Muerto el ego, se acabó la rabia.

He visto como la vida se reconstruía al enterrar el ego, y... lejos de morir en el intento en este pantanoso mundo, he llegado a la felicidad consciente.

Sigue existiendo lo oscuro. El ser humano es y será injusto hasta el fin de los tiempos.
Cuando el universo marque un cambio dimensional y dejemos de existir tal y como nos conocemos, habrá paz, calma, sereno equilibrio universal.

Estamos aquí para aprender a ordenar el caos que en su día provocamos.
Lucho por resolver todo aquello que quedó en deuda. En esta vida, o en las que ya fueron.

Priorizando todo lo que me hace sentir, me siento mejor. Ni estándares, ni lucha contra corriente, me dejo llevar y me fundo con lo que me rodea. Respiro. Me comparto.

Creo en la CAUSAlidad de la vida, en las relaciones karmicas de todos los caminos que se cruzan con el mío.
Creo en la transparencia de lo natural, en seguir las señales que me marcan la dirección.

Pericoreo, de perímetro y coreografía, de dejar que vuelen a tu alrededor sin interferencias que puedan desestabilizar tu Equilibrio.