sábado, 10 de diciembre de 2016

Carta a lxs maestrxs de mi vida.

Que si me voy,
que si me alejo,
que si dejo lo que debería hacer a un lado
y me concentro en deshacerme con el humo y mi pensamiento.
Lo sé,
la vida,         sus reglas,       el cuento.
Soltadme,
soltad la soga que nos mantiene esclavos de deseos cortados
y a media asta.
No haremos de nuestros caminos algo auténtico,
si no nos consentimos,
sino dejamos que cada cuál baile a su son,
aunque suene a tópico,
aunque suene a chiste,
aunque suene a sin razón.

Dejad que me equivoque,
que crea que estoy rectificando y me hunda aún más entre mis dudas.
Que mis miedos,
los afronto con coraje.
Pues practico el abordaje,
de lo que siento,         de tripas corazón,          de reflexiones crudas.
Perdonadme si salpico cuando erro.
Prosigo a base de caídas,        de roces,        de levantarme con empeño.
Aprendo,
a base de traspiés tontorrones que hacen la vida
lo suficientemente inestable,
para ser lo suficientemente divertida.

Dejad que sea que yo quien reclame vuestro consejo,
pues mis adentros dicen,
que parte de esta sabiduría,
es consecuencia de vuestro amor sin complejos.

Que lo que plantasteis un día,
florecerá al tiempo que precise,
y sus frutos, no os quedarán lejos.                    

jueves, 8 de diciembre de 2016

¿Cuántos pájaros enjaulados te hacen falta para decorar el alma?

¿No será más sencillo dejar salir lo que en la garganta estalla y no te deja ser feliz?
O, mejor aún, sigamos al mío ritmo desbocado y sin aliento, y veamos como nuestro Yo, la casa que el universo nos regaló para disfrutar esta vida, se marchita por aires de superioridad fingida y pasiones a medio resolver.