martes, 2 de junio de 2015

Ardores (con)sentidos.

Arde, como la llama que enciende tus dos-segundos-menos-de-vida, y un suspiro más de humo gris.
Mientras, observo el movimiento hiperactivo de los puzzles-a-medio-ordenar que forman (y conforman) mi mundo.

¿Dónde está la balanza que marca el desequilibrio entre el tiempo muerto y la vida?

A veces quema, como la bilis al recorrer el esófago anti gravitatoriamente, y deja ese escozor tras de sí.
Sabor estancado, y mala ostia sin gestionar. Otra pieza a colocar.

Otras, sin embargo, saben a bocanada de aire fresco. Todo evoluciona.

Es cuestión de gustos (y saber hacer), llegar a disfrutar de cualquier trago. Largos, cortos, y de canto ni contemplaciones. Aceptaciones internas.

Toca empujar del carro, toca tirar de las riendas que marquen el camino al cambio.
He conseguido revolucionar el hacer de un pueblo. Sigo conquistando mentes, aprendiendo a conectar recursos.
Creo en el movimiento.

Hemos creado un monstruo.

https://www.youtube.com/watch?v=E58_5-FC3k4      Un mensaje para el mundo y lo social.