miércoles, 26 de diciembre de 2012

La cosa es preguntarse....

"Donnez-moi une suite au Ritz, je n'en veux pas
Des bijoux de chez Chanel, je n'en veux pas
Donnez-moi une limousine, j'en ferais quoi ?
Offrez-moi du personnel, j'en ferais quoi ?
Un manoir à Neufchatel, ce n'est pas pour moi
Offrez-moi la Tour Eiffel, j'en ferais quoi ? "

Y cada noche, mirando la luna mientras brilla, estar segura de la respuesta.


Darme los buenos días a mi misma con agua bien fría en la cara, mirar mi reflejo en la corriente del agua y decir: - Hoy, empieza otro de mis buenos días.

Cuando me siento aturdida y la realidad me falla, mientras las conexiones neuronales empiezan a funcionar con el despertar... es cuando más necesito encontrarme a mi misma, ver mi cara y recordar quien soy, donde estoy, con quien comparto mis días, y si me siento bien haciendo lo que hago.

Hago memoria de lo que hice ayer, y lo que haré hoy, no me juzgo por como llevo mi vida, sino si me siento bien con el paso del tiempo y el fluir de mis movidas.

Y dejo que el día continúe, sin forzar nada, dejando que lo que tenga que pasar, pase, aprendiendo que lo evitado es prescindible, y las cosas siguen su curso por si solas.

Las circunstancias van y vienen, de una manera u otra, pero siempre aportan algo, dejan huella, la experiencia.
Cuando la balanza se inclina hacía la parte menos positiva y la cabeza empieza a colapsarse, necesito estar segura de algunas cosas...

Y por eso siempre, al llegar la noche, recordando mi día y soñando con el mañana, me pregunto...

"Donnez-moi une suite au Ritz, je n'en veux pas
Des bijoux de chez Chanel, je n'en veux pas
Donnez-moi une limousine, j'en ferais quoi ?
Offrez-moi du personnel, j'en ferais quoi ?
Un manoir à Neufchatel, ce n'est pas pour moi
Offrez-moi la Tour Eiffel, j'en ferais quoi ? "



Foto: Lola en el río de la vida, Capitan Tximista, Hondarribia.  

domingo, 23 de diciembre de 2012

La flor de mi jardín.

Crezco con el sol que transforma mis días, broto en la tierra que me aporta la vida y aprendo de las noches donde la luna me ilumina.

Aprovechando el momento, aprovechando cada día, creciendo entre los míos.

Hoy soy la única flor que necesita mi jardín :)

Foto: Hecha por Alejandra Muñoz Muñoz, Vilanova.

jueves, 13 de diciembre de 2012

A veces.

A veces, según pasan los días, puede parecer que el tiempo nos asfixia y nos comprime la cabeza, 
que todo nos está sobrepasando. Sentimos que nuestros pulmones son incapaces de asimilar el aire, que nuestro estómago se niega a digerir lo que engullimos, y que la vida se torna dura al masticar.
Nos encerramos en nuestro paradigma de miedos y dudas, y nos metemos de lleno en el barrizal de las limitaciones.

A veces, según pasan los días, nos enredamos en un círculo vicioso de infravaloración, no nos vemos capaces de sostener nuestros brazos y menos aún de hacer caminar a nuestras piernas, o lo que quede de ellas.

Pero cuando todo esto pasa, cuando creemos que el sol solamente sale para achicharrar nuestras neuronas, y la luna se ríe de nosotros cada noche, algo debe cambiar, algo debe transformarse en nuestra tozuda mente limitada.

A veces, necesitamos los días, sola y exclusivamente para la auto valoración y observación de nuestros actos y pensamientos.
¿Realmente estamos haciendo lo que nos gusta? ¿Realmente nos sentimos bien haciendo lo que hacemos? ¿Realmente es necesario preocuparse tanto por aquello que invade cada rincón del cerebro? ¿Realmente estamos valorando lo necesario para ser felices? 

Y cuando la respuesta es no a alguna de estas preguntas, es el momento de que volvamos la vista atrás, veamos cuales son nuestros movimientos y si de verdad estos nos llevan por el camino que deseamos seguir.

A veces, es necesario reinventarse, darse cuenta de donde estamos fallando, o mejor dicho, donde nos estamos fallando a nosotros mismos, y rectificar nuestro camino.
Rehacer el camino no es retroceder, es recordar, observar y coger impulso y fuerzas para utilizar nuestras piedras lo más favorablemente posible.

A veces es mejor darnos un respiro, coger aire, recuperar fuerzas y empeño, y continuar con más ganas.


Foto: Lola en momentos de colapso. Hecha por: Laia Martinez Navarro.

domingo, 9 de diciembre de 2012

Ni rápido, ni lento, todo en su justa medida.

Mi cabeza sigue ardiendo, es la llama que me ilumina cuando todo queda a oscuras, a veces parpadea, otras arde intensamente, pero nunca se apaga. 

Lleva el ritmo justo, a mi medida. 

Cuando algo queda oculto entre las sombras, puede alumbrarme para que no me pierda, y si me pierdo es porque de vez en cuando, necesito que alguien avive la llama y me ayude a romper mis propias barreras. 

Todo en su justa medida, pero siempre en evolución. 


viernes, 7 de diciembre de 2012

Compañero, yo solo quiero vivir.

El primer paso para la revolución de la masa, es ser conscientes de la realidad, el saber criticar todo aquello que no nos gusta y que, lógicamente, sabemos que no está bien.

Pero si solo vivimos hablando de como nos está comiendo la mierda, solo conseguiremos revolcarnos en ella y acabaremos oliendo a alcantarilla de ciudad, es decir, no podremos evolucionar.
Todo problema tiene su solución, de todo se aprende, de lo bueno y de lo malo, y siempre habrá una manera de atacar al sistema global de corrupción.

Compañero, hemos llegado al punto final del sistema capitalista.
Todos los sistemas sociales son cíclicos. Tiene un origen y un final.

Su muerte nace de la sobreexplotación de dicho sistema.

Este sistema ha llegado a su punto más alto de inestabilidad.
Todos esperamos a que reviente tarde o temprano, pero hay algo que no tenemos en cuenta, si no lo reventamos nosotros, no lo hará por él mismo, simplemente conseguiremos que esa inestabilidad nos explote en la cara y nos mate, por fuera y por dentro, mientras los ricos se protegerán con sus abanicos bañados en oro.

La maraña a la que llamamos sociedad, está corrompida desde el puesto de control jerárquico más alto, hasta el último peón que sostiene los demás niveles con su costillar mal pagado.

Todos tienen un objetivo, vivir mejor que los demás, compararse con el vecino y creerse por encima de todos y cada uno de los individuos que le rodean.
Y no, compañero, eso no es vida, a eso se le llama supervivencia. Cuando el ser humano dejó de pensar cada segundo de su vida en sobrevivir, pudo ser capaz de evolucionar y desarrollar su mente hacía la razón, y la estamos olvidando. 
La persona que se levanta cada día pensando en el dinero no vive, sobrevive! Deja que su mente se evada de lo realmente importante, se olvida de disfrutar sus días, y vende su única posesión, su tiempo.

Compañero, hay que dejar de revolcarnos en la mierda que nos lanzan desde arriba, y empezar a utilizar nuestros recursos, que no son pocos. Tenemos la inteligencia, tenemos las herramientas, tenemos nuestras manos y tenemos un objetivo común: VIVIR.

Esta telaraña putrefacta, llena de hipocresía y maldad, es difícil de penetrar cuando actuamos de manera solitaria y desorganizada, para ellos, somos fáciles de aplastar, y ya lo han demostrado en numerosas ocasiones.
El sistema no se puede derrocar desde dentro, están demasiado bien protegidos.
No se trata de entrar o salir, se trata de subir o bajar.

Si ellos creen controlarnos desde arriba, deberemos organizarnos desde abajo, tejer nuestra propia telaraña con unos valores que nos guíen y ampliarla, hacerla cada vez más extensa, y subirla poco a poco con fuerza y ganas de evolucionar! 

Compañero, los valores no surgen de la nada, hay que darles forma con la educación.
La educación de todos y cada uno de nosotros, y en especial la de los niños, ellos son nuestro futuro, ellos son los que deberán encaminar el mundo para hacerlo un lugar mejor. Como dice la frase... nos empeñamos en dejar un mundo mejor a nuestros hijos, pero no hacemos nada por dejar mejores hijos al mundo.

Hay que dejar de ser dependientes del sistema que nos está jodiendo, y empezar a creer en nuestras capacidades Siempre hemos sido autosuficientes, nos basta con creer un poco en las personas, en compartir nuestro tiempo con ellas y dejar que se pudran los de allí arriba. Solo necesitamos creer en nosotros mismos. 

La autoorganización se basa en el amor entre los seres humanos, acabar con la envidia, la falsedad, la hipocresía, la maldad... empezar a creer en el compañerismo, el amor, el respeto... Buscando siempre la libertad del individuo respetando a los demás.

Compañero, yo busco apartarme del sistema, no de ti. Tú decides, si estás con ellos, o prefieres vivir luchando.
Recuerda, una venda en los ojos no te hará escapar de la realidad, pero verla desde la pantalla y quedarte sentado, no solucionará las cosas.

Compañero, yo solo quiero vivir.



domingo, 2 de diciembre de 2012

Las piedras de mi camino.

La piedra  Reflexión - unavidalucida.com.ar

El distraído tropezó con ella.
El violento la utilizó como proyectil.
El emprendedor, construyó con ella.
El campesino, cansado, la utilizó de asiento.
Para los niños, fue un juguete.
Drummond la poetizó.
David, mató a Goliat.
Y Miguel Angel le sacó la más bella escultura.

En todos estos casos, la diferencia no estuvo en la piedra ¡sino en el hombre!.

No existe "piedra" en tu camino que no puedas aprovechar para tu propio crecimiento. 

Autor desconocido.

Mis piedras.  

Mis piedras han servido para construirme, o mejor dicho para reconstruirme.
Aprendo de ellas, porque he llegado a conocerlas de punta a punta, de lado a lado y todos los días del año. La clave está en conocer, en confiar y en pensar en positivo.


Foto: Mi camino lleno de piedras.