Desgastadas las cuerdas, desgastada el alma.
Será que las cuerdas de mi guitarra se parten al ritmo de mis días? O será que, las aporreo tanto, cuando las manos necesitan fuego y el arder por dentro se queda corto, que por si fuera poco, ya ni me aguanto? Resisto! Me grito. Y me voy en busca de soluciones que relajen mi pensar.
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