sábado, 11 de febrero de 2012

Ya no sé.

Ya no sé, si lo mio es antoprofobia o simple y puro asco a la modernidad en la que paso mis dias.
Ya no sé, si soy yo la que no me adapto, o el ambiente empieza a estar demasiado cargado para mi gusto.
Ya no sé, si creer que la vida ermitaña será lo que me salve de salir en el telediario como culpable de un asesinato en masa o si deberia pasar un análisis psicotécnico, por si acaso.
Ya no sé, si el revuelto estomacal es por la cerveza o el borreguismo colectivo.
Ya no sé, si el saber es lo que me está quemando el esófago y me ahoga cada noche.
Ahora si, sé que empiezo a cansarme del humo social que encharca mis pulmones, y los asfixia, y me oprime el pecho, y no deja fluir el oxigeno y la sangre por mis venas, que la hace hervir, y desatar la paranoia más grande... o el odio en si.

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