martes, 5 de febrero de 2013

Todos contra todos.

El mundo cambia, porque la sociedad evoluciona. Y con ella, las tecnologías, las formas de comunicación e incluso la interacción humana.
Tenemos todo lo necesario para ser libres, la información, las herramientas, la llave para creer y con ello crecer. Pero nos empeñamos en limitar nuestras capacidades.
Nos hemos convertido en la sociedad del riesgo, como decía Giddens. La sociedad de la desconfianza, del pánico, de la histeria. La sociedad del miedo.
Somos animales racionales miedicas, aunque también nos asuste reconocerlo. 
¿Porque creemos que todo lo que nos rodea y no está en nuestra zona de confort nos hará daño? por experiencia y generalización? ¿Acaso nos da miedo bajar la guardia de nuestra actitud defensiva constante por si recibimos un golpe? Desconfiamos de otros, pero... ¿somos capaces de confiar en nosotros mismos?
Nuestra humanidad se destruye cuando solamente somos capaces de sentir empatia por las personas que conocemos y las que queremos. Las desconocidas ni nos importan, o nos dan miedo. 
Valoramos unas vidas por encima de otras, mientras tanto, nos lanzamos a la calle cada dos meses pidiendo igualdad social a los que manejan el cotarro.

Antes de querer cambiar el mundo, date tres vueltas por tu casa. Proverbio chino.

El germà que estima el germà. - Frase tallada en la piedra gigante de "La plaza del pueblo" cerdanyolense.

Cuando seamos capaces de defendernos en la batalla lxs unxs a lxs otrxs, como lo haría cualquiera con su hermanx, podremos emprender la lucha y ganar. Mientras tanto, seguiremos divididos y disparando a ciegas. Todos contra todos.







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