Hacía frío, pero en aquél rincón del mundo era soportable. Nos preparamos bien y dimos comienzo a nuestro vuelo entre hojas verdes.
El ruido del agua al bajar por el río hacía de banda sonora en ese momento que pareció una eternidad mental.
Mi mente voló y empecé a pensar en la libertad, las ataduras y más detenidamente en las ataduras voluntarias.
Ataduras en las que te sientes libre.
Como cuando uno se enamora, firma un contrato con la mayor sinceridad.
Y mi cabeza empezó a masticar la idea del contrato de amor. Una mariconada, si, pero curiosa.
Contrato para el enamorado.
Requisitos: Tener conciencia.
Sujeto 1: Cualquiera.
Sujeto 2: Cualquiera 2.
Objeto del contrato:
Una relación.
Cláusula I.
Tendrás derecho a separarte de mí cuando realmente creas que se ha perdido la chispa que te regalaré cada día.
Cláusula II.
Solo se cumplirá una norma: No hay normas.
Porque en la relación no deben existir barreras solo la libertad de hacer sentir y expresarse bajo unos valores.
Cláusula III.
No se garantiza una vida de cuento, porque los cuentos se leen, pero la vida se siente.
Firma sujeto 1: Firma sujeto 2:
XX XXX
- Después de pensar todo esto, miré la luna que empezaba a brillar y sonreí, porqué si, yo también estoy enamorada. Enamorada de la vida.
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