viernes, 7 de diciembre de 2012

Compañero, yo solo quiero vivir.

El primer paso para la revolución de la masa, es ser conscientes de la realidad, el saber criticar todo aquello que no nos gusta y que, lógicamente, sabemos que no está bien.

Pero si solo vivimos hablando de como nos está comiendo la mierda, solo conseguiremos revolcarnos en ella y acabaremos oliendo a alcantarilla de ciudad, es decir, no podremos evolucionar.
Todo problema tiene su solución, de todo se aprende, de lo bueno y de lo malo, y siempre habrá una manera de atacar al sistema global de corrupción.

Compañero, hemos llegado al punto final del sistema capitalista.
Todos los sistemas sociales son cíclicos. Tiene un origen y un final.

Su muerte nace de la sobreexplotación de dicho sistema.

Este sistema ha llegado a su punto más alto de inestabilidad.
Todos esperamos a que reviente tarde o temprano, pero hay algo que no tenemos en cuenta, si no lo reventamos nosotros, no lo hará por él mismo, simplemente conseguiremos que esa inestabilidad nos explote en la cara y nos mate, por fuera y por dentro, mientras los ricos se protegerán con sus abanicos bañados en oro.

La maraña a la que llamamos sociedad, está corrompida desde el puesto de control jerárquico más alto, hasta el último peón que sostiene los demás niveles con su costillar mal pagado.

Todos tienen un objetivo, vivir mejor que los demás, compararse con el vecino y creerse por encima de todos y cada uno de los individuos que le rodean.
Y no, compañero, eso no es vida, a eso se le llama supervivencia. Cuando el ser humano dejó de pensar cada segundo de su vida en sobrevivir, pudo ser capaz de evolucionar y desarrollar su mente hacía la razón, y la estamos olvidando. 
La persona que se levanta cada día pensando en el dinero no vive, sobrevive! Deja que su mente se evada de lo realmente importante, se olvida de disfrutar sus días, y vende su única posesión, su tiempo.

Compañero, hay que dejar de revolcarnos en la mierda que nos lanzan desde arriba, y empezar a utilizar nuestros recursos, que no son pocos. Tenemos la inteligencia, tenemos las herramientas, tenemos nuestras manos y tenemos un objetivo común: VIVIR.

Esta telaraña putrefacta, llena de hipocresía y maldad, es difícil de penetrar cuando actuamos de manera solitaria y desorganizada, para ellos, somos fáciles de aplastar, y ya lo han demostrado en numerosas ocasiones.
El sistema no se puede derrocar desde dentro, están demasiado bien protegidos.
No se trata de entrar o salir, se trata de subir o bajar.

Si ellos creen controlarnos desde arriba, deberemos organizarnos desde abajo, tejer nuestra propia telaraña con unos valores que nos guíen y ampliarla, hacerla cada vez más extensa, y subirla poco a poco con fuerza y ganas de evolucionar! 

Compañero, los valores no surgen de la nada, hay que darles forma con la educación.
La educación de todos y cada uno de nosotros, y en especial la de los niños, ellos son nuestro futuro, ellos son los que deberán encaminar el mundo para hacerlo un lugar mejor. Como dice la frase... nos empeñamos en dejar un mundo mejor a nuestros hijos, pero no hacemos nada por dejar mejores hijos al mundo.

Hay que dejar de ser dependientes del sistema que nos está jodiendo, y empezar a creer en nuestras capacidades Siempre hemos sido autosuficientes, nos basta con creer un poco en las personas, en compartir nuestro tiempo con ellas y dejar que se pudran los de allí arriba. Solo necesitamos creer en nosotros mismos. 

La autoorganización se basa en el amor entre los seres humanos, acabar con la envidia, la falsedad, la hipocresía, la maldad... empezar a creer en el compañerismo, el amor, el respeto... Buscando siempre la libertad del individuo respetando a los demás.

Compañero, yo busco apartarme del sistema, no de ti. Tú decides, si estás con ellos, o prefieres vivir luchando.
Recuerda, una venda en los ojos no te hará escapar de la realidad, pero verla desde la pantalla y quedarte sentado, no solucionará las cosas.

Compañero, yo solo quiero vivir.



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