martes, 24 de enero de 2012

Desenpolvando papeles del ayer.

Y vuelvo a volar, como cada noche, y vuelvo a sentir el humo en mis pulmones.
Va cayendo la ceniza, y por cada golpe, recuerdo más y más y el corazón se encoje.
Una mirada, un gesto, una caricia. Y el recuerdo me mata. Pero que es lo que pasa? Demasiado tiempo, y aun sigue la idea fresca en la memoria, y dolorosa, y presente y punzante.

¡Te odio! 
Porque haces que necesite estar contigo.
¡Te odio!
Por cada noche que dormí pensando en ti.
¡Te odio!
Por las veces que me has querido.
¡Te odio!
Porque aprendiste a sacar mi yo, de mí.

Va, otro más, a ver si esta noche duermo mejor.


[Fecha aproximada, septiembre de 2010.]

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