miércoles, 11 de enero de 2012

Vuelvo a sentirme biopsichosocial y atada.

Ser un animal biopsichosocial es muchísimo más complejo que la propia palabra que lo encasilla como concepto.
Es tal la dependencia humana a sus sentidos, cabeza y entrañas y esa interconectividad que es imposible hablar de una persona racional, sin hablar también de personas emocionales asfixiadas en una sociedad.
Y cuando digo asfixiadas, es en el sentido literal de la palabra. Cuantísimas veces nos habremos visto oprimidos y envueltos hasta las cejas por normas sociales, comportamientos que hay que seguir por obligación moral y demás gilipolleces?
Si siento, respiro y pienso, que hago sufriendo una lapidación en vida?
El orden no debería estar establecido, el orden debería ser algo innato para poder disfrutar de nuestros efímeros dias en este podrido, consumido y sobreexplotado mundo.
Sobreexplotación de información, sobreexplotación de los sentidos, sobreexplotación de la degeneración de nuestro cuerpo.
Ya lo dicen por las calles, todo en exceso es malo.
Empiezo a estar bastante harta de llevar mi vida prefabricada a la espalda y mis ganas de crecer en el bolsillo.

Una vez más: Sociedad, púdrete.

No hay comentarios:

Publicar un comentario